La entidad financiera ya se encuentra trabajando con varias compañías a nivel global con proyectos de innovación en hidrógeno


Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander. FOTO: BS

El Banco Santander ha creado un equipo especializado —dentro de su renovado departamento de ESG— en asesorar y financiar a empresas del sector energético, o interesadas en entrar en el desarrollo de esta tecnología, ante el aluvión de proyectos de hidrógeno verde.

Dentro de este nuevo departamento de ESG, dividido en seis verticales, una de ellas es el hidrógeno. El objetivo de esta vertical es impulsar el desarrollo de proyectos relacionados con el hidrógeno verde, desde la financiación de proyectos de investigación y desarrollo hasta la implementación de soluciones innovadoras de financiación para proyectos a gran escala.

“Estamos trabajando con gran cantidad de compañías a nivel global, con varios proyectos de innovación en hidrógeno” han declarado fuentes cercanas a la compañía a este medio.

En un 2022 marcado por la crisis energética y el miedo a tener problemas de abastecimiento de gas, el hidrógeno verde se ha asentado como gran alternativa renovable al uso de combustibles fósiles en múltiples sectores económicos, tanto a nivel nacional como internacional.

Reorganización hacia la sostenibilidad

En el mes de mayo del año pasado, el banco reorganizó su área de Green Finance para dotar de mayor peso su negocio de finanzas sostenibles. De esta forma, Santander agrupó bajo un mismo paraguas el negocio relacionado con la banca de inversión (emisión de bonos verdes o inversiones de capital) y la financiación sostenible que ofrece la banca comercial (productos de financiación verde).

La entidad nombró responsable de esta área a Lucas Arangüena, que reporta directamente con el consejero delegado del banco.

Con el nombramiento de Arangüena, Santander se propuso un doble objetivo. Por un lado, desarrollar la infraestructura en la que se apoyará la financiación verde de todo el grupo, con lo que pretendía incorporar el sistema de clasificación de finanzas sostenibles (SFCS), fortalecer el sistema de control que evalúe y gestione el riesgo de green washing, y aplicar una estrategia de datos para medir y monitorizar el desarrollo del negocio. Y por otro lado, aumentar el negocio de green finance.

Con esta iniciativa, el Santander se posiciona como un actor clave en la transición hacia una economía más sostenible y verde, al tiempo que contribuye al impulso de una tecnología que puede tener un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático.

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