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Para satisfacer la creciente demanda asociada con la movilidad limpia, la integración de un alto porcentaje de energía renovable y la puesta en marcha de la producción de hidrógeno verde, entre otros aspectos, se necesita fortalecer, modernizar y expandir las redes de distribución en España. Esto requiere una planificación ágil, flexible, dinámica y adaptada a las nuevas demandas, que permita realizar las inversiones necesarias y que responda a criterios de eficiencia, como exige el sector. Muchas de las infraestructuras actuales fueron diseñadas hace décadas, en un contexto energético muy distinto, donde la penetración de las renovables y la demanda eran aún muy bajas.

En España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), en su esfuerzo por cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, busca utilizar la electricidad para reducir un 23% las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con 1990. Además, el Gobierno plantea que para 2030 las energías renovables aporten el 81% del consumo eléctrico.

Redes eléctricas

No obstante, la Asociación de Empresas de Energía (ATE) afirma que sin redes eléctricas adecuadas no será posible alcanzar los objetivos nacionales de descarbonización y reindustrialización. Será necesario anticipar las inversiones que el sistema eléctrico necesitará. Por ello, se prevé una inversión que duplique las cifras actuales y eliminar el límite legal de las inversiones en redes eléctricas, lo que permitirá reforzar, modernizar y ampliar sus conexiones, según la ATE.

En este punto, el concepto de peak shaving emerge como una estrategia clave para optimizar el uso de la energía. Esta técnica, que consiste en reducir la demanda de electricidad durante los picos de máxima necesidad, no solo tiene el potencial de disminuir costes para los consumidores, sino que también representa un paso crucial hacia un futuro más sostenible y resiliente. El peak shaving, o reducción de picos, se logra mediante la gestión activa de la demanda energética, ya sea desplazando el consumo a horas de menor demanda o utilizando fuentes de energía alternativas durante los picos. En este sentido, también alivia la presión sobre las infraestructuras de generación y distribución de energía, mitigando el riesgo de apagones y, a la vez, siendo capaces de equilibrar la carga en la red eléctrica.

Los cargadores móviles ultrarrápidos son un aliado para mejorar el rendimiento global del sistema eléctrico»

Si ponemos el foco en la movilidad eléctrica, el peak shaving se posiciona como una solución para conseguir alcanzar el objetivo de la UE de prohibir la producción en 2035 de vehículos de combustión, ya que cubre la posible falta de capacidad de la red para cargar todos los vehículos eléctricos. En este sentido, los cargadores móviles para VE permiten almacenar energía en los momentos en los que no hay una alta demanda, evitando drenar energía de la red cuando ésta está más sobrecargada. Posibilitan un aplanamiento de la curva de oferta-demanda de electricidad sobre la red, lo que contribuye a fomentar un sistema eléctrico más robusto y escalable, preparado para acoger más rápidamente la adopción del coche eléctrico por parte de los usuarios y empresas de distribución.

Además, cabe destacar que este tipo de cargadores al ser móviles también permiten descentralizar geográficamente la generación de energía de su consumo. De este modo, se reduce la necesidad de generar energía en lugares muy concurridos como aeropuertos, estaciones de tren o núcleos urbanos, donde la demanda energética es mayor y a su vez, donde existen más restricciones de generación.

Vehículos eléctricos

En un futuro en el que la totalidad de vehículos serán eléctricos no cabe duda de que resultará imprescindible preparar y adaptar la red para poder soportarlo. No obstante, paralelamente a este imperativo de apostar por una red eléctrica más robusta, los cargadores móviles ultrarrápidos son un aliado para mejorar el rendimiento global del sistema eléctrico y posibilitar que, al consumir electricidad en horas de menor coste, la utilización del vehículo eléctrico sea además más competitiva frente al vehículo convencional

En conclusión, el peak shaving representa una solución inteligente y viable para enfrentar los desafíos energéticos actuales y futuros y para satisfacer toda la demanda de carga para los vehículos eléctricos. Al reducir los picos de demanda, no solo se logran importantes ahorros económicos y se mejora la estabilidad de la red, sino que también se contribuye a la protección del medio ambiente. Adoptar esta estrategia es un paso decisivo hacia un sistema energético más eficiente, sostenible y resiliente, en beneficio de todos.

Albert Casquero es director de Producto en la compañía Wattson Charge

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