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El Gobierno ultranacionalista húngaro acusó a Ucrania de «chantaje» por haber cortado el tránsito de petróleo ruso a través de su territorio para Eslovaquia y Hungría como respuesta a sus posturas «a favor de la paz»

«Ucrania nos está chantajeando por nuestra postura a favor de la paz», dijo el ministro de Gobernación Gulyás ante la prensa en Budapest, agregando que Hungría ha instado a la Comisión Europea (CE) a mediar en la disputa.

Ucrania ha cortado el suministro del crudo de la empresa rusa Lukoil por el oleoducto Druzhba (Amistad), que transita desde Rusia hacia Europa Central, donde abastece sobre todo a Hungría y Eslovaquia con crudo.

Tanto Hungría como Eslovaquia criticaron la decisión de Ucrania y pidieron apoyo a Bruselas, e insinuaron por su parte que las exportaciones de electricidad y gas hacia Ucrania, a través de sus territorios, podrían verse afectadas.

El petróleo para Hungría y Ucrania

El ministro húngaro de Asuntos Europeos, János Bóka, explicó hoy en la misma rueda de prensa que «las acciones de Ucrania violan varias disposiciones del Acuerdo de Asociación entre la UE y Ucrania».

Gulyás añadió que por el momento el crudo sigue llegando a Hungría por vías alternativas, pero si la situación actual sigue sin resolverse, Hungría podría enfrentarse a una escasez de combustible a partir de septiembre de este año.

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Ucrania, por su parte, niega que su decisión tenga un impacto en la disponibilidad de crudo en Hungría y Eslovaquia.

Kiev asegura que tiene derecho a mermar una de las principales fuentes de financiación de la maquinaria bélica rusa, mientras que la prensa ucraniana destaca que la prohibición del tránsito del crudo de Lukoil viene de lejos y tanto Hungría como Eslovaquia tuvieron tiempo suficiente para prepararse.

Esta semana, el Gobierno húngaro anunció que mantendrá su veto a los 6.600 millones de euros del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (FEAP) para Ucrania, mientras Kiev continúe bloqueando el tránsito del crudo ruso hacia Hungría y Eslovaquia.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y su homólogo eslovaco, Robert Fico, ambos considerados prorrusos, se oponen a apoyar militarmente a Ucrania contra la invasión rusa y defienden una solución negociada al conflicto.