El hub tecnológico UK HyRES ha destinado 3 millones de libras para el desarrollo de 10 proyectos innovadores en tecnologías de hidrógeno. Estas iniciativas buscan acelerar la transición hacia el cero neto y abarcan diversos ámbitos, como la electrólisis del agua de mar, la reutilización de infraestructuras offshore de petróleo y gas, y la producción de acero descarbonizado.

Uno de los proyectos clave está liderado por el profesor Mark Symes, de la Universidad de Glasgow, y se centra en la «electrólisis desacoplada del agua de mar». Este método plantea una alternativa a la electrólisis convencional, al separar la generación de hidrógeno y oxígeno en diferentes etapas y ubicaciones. Su implementación podría facilitar la producción de hidrógeno en regiones con escasez de agua dulce, como áreas costeras y zonas áridas.

El principal obstáculo de la electrólisis del agua de mar radica en la presencia de impurezas, especialmente sales, que pueden provocar corrosión y afectar la eficiencia del sistema. Los métodos convencionales generan hidrógeno y oxígeno simultáneamente en el mismo entorno, lo que implica riesgos operativos y deterioro del equipamiento. El plan de ahorro de energía propuesta por Symes permite sortear estos inconvenientes mediante un proceso optimizado que mejora la escalabilidad y rentabilidad.

Financiación para potenciar la electrólisis

Empresas como Verdagy y H2Pro también investigan enfoques similares para perfeccionar la electrólisis del agua de mar. La financiación otorgada por UK HyRES permitirá avanzar en la validación experimental de esta tecnología, con el potencial de transformar la producción de hidrógeno en zonas con acceso limitado a agua dulce. Si los resultados son favorables, este avance podría representar un cambio significativo en la generación de energía limpia y la reducción de emisiones globales.

Otro proyecto innovador proviene de la Universidad de Aberdeen, donde el Dr. Alfonso Martínez-Felipe investiga la reutilización de infraestructuras petroleras y gasísticas offshore para la producción y almacenamiento de hidrógeno. En el Mar del Norte existe una red extensa de plataformas y oleoductos que podría adaptarse para impulsar la economía del hidrógeno.

Este proyecto aborda aspectos clave como la optimización de las propiedades mecánicas de los materiales empleados en el almacenamiento y transporte de hidrógeno. La seguridad es un factor crítico debido a la alta inflamabilidad del gas. Asegurar una transmisión segura a largas distancias es esencial para su adopción a gran escala.

Empresas como Equinor y Shell ya exploran soluciones para adaptar infraestructuras existentes de petróleo y gas con fines relacionados con el hidrógeno. Si estas iniciativas prosperan, podrían reducir costes y tiempos en la ampliación de la infraestructura del hidrógeno. Para el Reino Unido y otros países, esto aceleraría la descarbonización.

Proyectos de hidrógeno con financiación para acero verde

La industria siderúrgica es una de las mayores emisoras de CO2 a nivel mundial. Un proyecto dirigido por el profesor Aidong Yang, de la Universidad de Oxford, estudia el uso del amoníaco como portador de hidrógeno y agente reductor en la producción de acero. El amoníaco es más fácil de transportar que el hidrógeno puro y puede liberar hidrógeno en el punto de uso.

La producción tradicional de acero emplea carbón para la reducción del mineral de hierro, lo que genera aproximadamente el 8% de las emisiones globales de CO2. Sin embargo, el uso de amoníaco e hidrógeno podría transformar esta industria, permitiendo la fabricación de «acero verde» con bajas emisiones. Empresas como SSAB en Suecia y ArcelorMittal en Luxemburgo ya desarrollan tecnologías para integrar hidrógeno en la producción siderúrgica.

El hidrógeno se considera una «navaja suiza» de la energía limpia debido a su versatilidad. Puede reducir emisiones en transporte, industria pesada y almacenamiento de energía. Cada proyecto financiado por HyRES busca eliminar barreras técnicas e infraestructurales, como la electrólisis del agua de mar o la reutilización de plataformas petroleras.

La viabilidad a gran escala de estas tecnologías podría alcanzarse en un plazo de 5 a 15 años, dependiendo del avance en investigación e infraestructura. No obstante, en los próximos años podrían surgir proyectos piloto en electrólisis marina o producción de acero verde, proporcionando información valiosa para su escalabilidad.

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