El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha asegurado este jueves que la demanda presentada por Iberdrola contra su compañía por ‘greenwashing’ (blanqueo ecológico) revela el “nerviosismo” de la energética liderada por Ignacio Sánchez Galán y también ha señalado que con esta denuncia busca “limitar el crecimiento” de Repsol en el sector eléctrico.

“A Repsol no le va a distraer una demanda financiera de una empresa que no está acostumbrada a competir en un mercado competitivo, sino que más bien está acostumbrada a moverse en entornos regulados que dependen del Boletín Oficial del Estado. Con esta demanda, carente de fundamento jurídico, lo primero que demuestran es que están nerviosos”, ha afirmado Imaz durante una jornada organizada por Funseam y la Fundación Repsol denominada ‘Energía y economía, un binomio de futuro’.

“En segundo lugar, que quieren limitar la competencia y, además, quieren limitar el crecimiento de un operador como es Repsol, emergente en el sector eléctrico”, ha añadido el directivo en su intervención.

En este contexto, Imaz también ha cargado contra los planteamientos de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

“De una forma sincera y directa me atrevo a preguntar a (…) Teresa Ribera: ¿Queremos industria, señora Ribera? Nosotros la queremos. Repsol apuesta por una oferta multienergía que atiende las necesidades de los ciudadanos y apostamos por un principio básico que es el de neutralidad tecnológica, es decir, que cualquier tecnología que ayude a reducir las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) sea utilizada”, ha subrayado Imaz.

De este modo, el consejero delegado de Repsol ha reiterado el planteamiento de su compañía de impulsar una transición energética bajo el principio de neutralidad tecnológica. “Más tecnología y menos ideología”, ha llegado a afirmar durante su intervención.

En esa línea, ha opinado que España tiene mucha capacidad industrial, tecnológica y talento para abordar la descarbonización utilizando las tecnologías al alcance del país.

“Repsol tiene una apuesta muy clara por los combustibles renovables, una apuesta por reducir las emisiones del transporte sin que la factura la pague la sociedad y sin que se cargue esa factura sobre las personas con menos recursos en la sociedad y sin que, por ejemplo, el ciudadano se vea obligado a cambiar de coche o a financiar con sus impuestos subvenciones que no están consiguiendo el objetivo que es reducir las emisiones de CO2”, ha argumentado.

En ese sentido, Imaz ha opinado que el objetivo de Ribera es “cerrar las refinerías”. Sobre ello, ha señalado que solo las de Repsol dan trabajo a 28.000 personas en España.

“Nos rebelamos ante aquel que ve la industria como un problema. La industria es clave para la solución. Por eso vamos a pelear con uñas y dientes para continuar transformando y continuar mejorando nuestras refinerías, para reducir su huella de CO2 y para mantener y hacer crecer el empleo industrial en España”, ha afirmado el directivo.

Demanda

Iberdrola presentó una demanda contra Repsol en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Santander por “competencia desleal y publicidad engañosa” al considerar que ha incurrido en ‘greenwashing’ o blanqueo ecológico, según informaron a Europa Press en fuentes de la eléctrica.

El escrito se interpone al amparo de la Ley de Competencia Desleal, basándose en los artículos de actos de engaño (art. 5), omisiones engañosa (art. 7) y publicidad ilícita (art. 18) en el marco de sus campañas de publicidad y comunicaciones corporativas.

En la demanda, Iberdrola acusa a Repsol de promocionar iniciativas sostenibles, “cuando su oferta multi producto busca fomentar el uso de carburantes”, así como de “centrarse en la sostenibilidad, cuando constituye un elemento menor de sus actividades actuales”.

Además, el grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán considera que las campañas de Repsol “constituyen una infracción de la Ley de Competencia Desleal, al incluir actos de engaños y omisiones engañosas sobre el compromiso medioambiental de la compañía”.

Para Iberdrola, “la generalización de estas prácticas de ‘eco postureo’ tiene consecuencias en los mercados, ya que termina por erosionar la confianza del consumidor en las iniciativas de sostenibilidad y socava los esfuerzos de las empresas que realmente estamos trabajando por construir un mundo más sostenible”.

En este sentido, la eléctrica recoge que en el año 2022 Repsol ha aumentado sus emisiones de CO2 en un 16%, “siendo el mayor emisor de CO2 de España, que ha destinado el 82% de sus inversiones a combustibles fósiles y solo el 0,82% a la producción de energía renovable en 2022 y que “tan solo el 0,4% de sus ingresos provienen de actividades de generación renovable en 2022”. Además, recuerda que Repsol ha sido ya sancionada en dos ocasiones por ‘greenwashing’ por las autoridades de Reino Unido.

De su lado, fuentes de Repsol destacaron que el grupo “se ha convertido en tan solo cinco años en una compañía multienergética, con una oferta comercial única en España que incluye ahorros a sus clientes y capacidad para satisfacer las necesidades energéticas y de movilidad de cualquier persona”.

A este respecto, recuerdan que el año pasado sumaron 246.000 nuevos clientes de electricidad en España -el operador con más altas en 2023- y superaron los 2,1 millones de clientes, situándose como la cuarta comercializadora del país.

Neutralidad de Ribera

En este contecto, Teresa Ribera afirmó este pasado miércoles en un acto en el País Vasco que es “absolutamente neutra” en la demanda de Iberdrola contra Repsol interpuesta por competencia desleal, y ha defendido una agenda verde que no lleve a la “confusión”.

Ribera, que considera “relevante” que las empresas sean exigentes con la confianza requerida, ha pedido a Imaz que continúe con la transformación de su compañía.

Asimismo, afirmó que es “muy interesante ver cómo hay una demanda clara por parte de la sociedad europea de confianza, de ser claros”.

Según apuntó, la Agenda Verde es importante y no se puede pedir “un recreo a las alteraciones del sistema climático”, sino que hay que seguir apostando por una transformación de los sistemas productivos y eso “obliga a facilitar la generación de oportunidades industriales, sociales y de adaptación”.

Ribera ha manifestado que, detrás de esa Agenda Verde hay un “gran esfuerzo y un gran compromiso económico”, y cree que se requiere “confianza”. y “que lo que se diga, que lo que se anuncie, tenga una realidad detrás”.

En este sentido, ha asegurado que, durante los últimos años, han visto cómo han proliferado “los mensajes, los anuncios, la publicidad en torno a si un producto o un servicio es sostenible o es verde, y no siempre respondían a parámetros suficientemente claros y confiables”.

La vicepresidenta ha añadido que eso ha llevado, por ejemplo, a que Reino Unido, prohibiera la emisión de publicidad de algunas compañías petroleras “por considerar que lo que estaban diciendo no se correspondía con una realidad detrás verde”.

La ministra también señaló que la novedad de esta demanda, que, según ha añadido, habrá que ver “qué recorrido tiene”, es que “hay una compañía que considera que eso puede ser considerado competencia desleal, que puede estar generando distorsiones a la hora de que los consumidores se decanten por uno u otro producto”.