Aunque la ubicación exacta aún no se ha definido, el objetivo principal es ofrecer soluciones para la descarbonización industrial en la región. La empresa opera cuatro refinerías en el estado: Paulínia (Replan), Henrique Lage (Revap), Capuava (Recap) y Presidente Bernardes (RPBC), en Cubatão.

El proyecto fue uno de los seleccionados en la convocatoria del Ministerio de Minas y Energía para competir por los fondos internacionales Climate Investments Funds – Industry Decarbonisation (CIF-ID). Entre los criterios de selección considerados están la capacidad de producción de hidrógeno para uso industrial. También destacan la conectividad con puertos y el nivel de madurez tecnológica. Los proyectos deben estar operativos para 2035. Se incluyen en el marco del Programa Nacional de Hidrógeno. Este PNH2 busca establecer polos de hidrógeno de bajas emisiones en Brasil.

La elección de São Paulo responde a su gran disponibilidad de biomasa, especialmente de caña de azúcar. En la cosecha 2023/2024, el estado produjo 383,4 millones de toneladas. Así, se consolidó como el mayor productor de Brasil. Además del etanol, la biomasa de la caña genera carbono biogénico, insumo clave para la producción de combustibles sintéticos como bioetanol,  SAF (combustible de aviación sostenible) y e-metanol (combustible marítimo verde).

Petrobras se prepara para 2027, cuando entrarán en vigor las metas obligatorias de descarbonización del transporte aéreo. Siguiendo el plannig del marco de Corsia y del programa Combustible para el Futuro para vuelos nacionales. En el sector marítimo, Brasil prevé lanzar en mayo una estrategia alineada con la Organización Marítima Internacional (IMO) para promover combustibles sostenibles.

Actualmente, la refinería Revap, en São José dos Campos, suministra el 80% de la demanda de parafina de aviación en São Paulo y el 100% del combustible del Aeropuerto Internacional de Guarulhos.

Declaraciones de los promotores del centro de hidrógeno de bajas emisiones

«Además de las propias refinerías de Petrobras en el estado, que consumen hidrógeno, São Paulo se destaca como el principal polo industrial del país, con demanda potencial de industrias de difícil descarbonización, como los sectores químico y cementero», según nota publicada en eixos.

«La localización de este hub en São Paulo también es estratégica debido a la disponibilidad de infraestructura e insumos en la región, especialmente CO2 biogénico, que puede ser utilizado en la producción de combustibles sintéticos para el transporte marítimo y aéreo», afirmó la estatal.

El hub tecnológico UK HyRES ha destinado 3 millones de libras para el desarrollo de 10 proyectos innovadores en tecnologías de hidrógeno. Estas iniciativas buscan acelerar la transición hacia el cero neto y abarcan diversos ámbitos, como la electrólisis del agua de mar, la reutilización de infraestructuras offshore de petróleo y gas, y la producción de acero descarbonizado.

Uno de los proyectos clave está liderado por el profesor Mark Symes, de la Universidad de Glasgow, y se centra en la «electrólisis desacoplada del agua de mar». Este método plantea una alternativa a la electrólisis convencional, al separar la generación de hidrógeno y oxígeno en diferentes etapas y ubicaciones. Su implementación podría facilitar la producción de hidrógeno en regiones con escasez de agua dulce, como áreas costeras y zonas áridas.

El principal obstáculo de la electrólisis del agua de mar radica en la presencia de impurezas, especialmente sales, que pueden provocar corrosión y afectar la eficiencia del sistema. Los métodos convencionales generan hidrógeno y oxígeno simultáneamente en el mismo entorno, lo que implica riesgos operativos y deterioro del equipamiento. El plan de ahorro de energía propuesta por Symes permite sortear estos inconvenientes mediante un proceso optimizado que mejora la escalabilidad y rentabilidad.

Financiación para potenciar la electrólisis

Empresas como Verdagy y H2Pro también investigan enfoques similares para perfeccionar la electrólisis del agua de mar. La financiación otorgada por UK HyRES permitirá avanzar en la validación experimental de esta tecnología, con el potencial de transformar la producción de hidrógeno en zonas con acceso limitado a agua dulce. Si los resultados son favorables, este avance podría representar un cambio significativo en la generación de energía limpia y la reducción de emisiones globales.

Otro proyecto innovador proviene de la Universidad de Aberdeen, donde el Dr. Alfonso Martínez-Felipe investiga la reutilización de infraestructuras petroleras y gasísticas offshore para la producción y almacenamiento de hidrógeno. En el Mar del Norte existe una red extensa de plataformas y oleoductos que podría adaptarse para impulsar la economía del hidrógeno.

Este proyecto aborda aspectos clave como la optimización de las propiedades mecánicas de los materiales empleados en el almacenamiento y transporte de hidrógeno. La seguridad es un factor crítico debido a la alta inflamabilidad del gas. Asegurar una transmisión segura a largas distancias es esencial para su adopción a gran escala.

Empresas como Equinor y Shell ya exploran soluciones para adaptar infraestructuras existentes de petróleo y gas con fines relacionados con el hidrógeno. Si estas iniciativas prosperan, podrían reducir costes y tiempos en la ampliación de la infraestructura del hidrógeno. Para el Reino Unido y otros países, esto aceleraría la descarbonización.

Proyectos de hidrógeno con financiación para acero verde

La industria siderúrgica es una de las mayores emisoras de CO2 a nivel mundial. Un proyecto dirigido por el profesor Aidong Yang, de la Universidad de Oxford, estudia el uso del amoníaco como portador de hidrógeno y agente reductor en la producción de acero. El amoníaco es más fácil de transportar que el hidrógeno puro y puede liberar hidrógeno en el punto de uso.

La producción tradicional de acero emplea carbón para la reducción del mineral de hierro, lo que genera aproximadamente el 8% de las emisiones globales de CO2. Sin embargo, el uso de amoníaco e hidrógeno podría transformar esta industria, permitiendo la fabricación de «acero verde» con bajas emisiones. Empresas como SSAB en Suecia y ArcelorMittal en Luxemburgo ya desarrollan tecnologías para integrar hidrógeno en la producción siderúrgica.

El hidrógeno se considera una «navaja suiza» de la energía limpia debido a su versatilidad. Puede reducir emisiones en transporte, industria pesada y almacenamiento de energía. Cada proyecto financiado por HyRES busca eliminar barreras técnicas e infraestructurales, como la electrólisis del agua de mar o la reutilización de plataformas petroleras.

La viabilidad a gran escala de estas tecnologías podría alcanzarse en un plazo de 5 a 15 años, dependiendo del avance en investigación e infraestructura. No obstante, en los próximos años podrían surgir proyectos piloto en electrólisis marina o producción de acero verde, proporcionando información valiosa para su escalabilidad.

Según Wood Mackenzie, hay cinco tendencias clave que deberíamos tener en cuenta durante este año. Esta firma de análisis energético recomienda a los hubs tecnológicos prestar atención en estos puntos claves:

  1. EE. UU. apuesta fuerte por el hidrógeno azul

Estados Unidos está consolidando su posición en el mercado del hidrógeno azul, especialmente bajo las políticas de una posible segunda administración Trump. Se espera que en 2025, más de 1,5 millones de toneladas anuales de hidrógeno azul alcancen la decisión final de inversión (FID), superando con creces al hidrógeno verde.

  1. Proyectos gigantes de hidrógeno verde en camino

Aunque hasta ahora solo 16 gigavatios eléctricos (GWe) de capacidad de hidrógeno verde han alcanzado la FID, y solo dos proyectos superan 1 GWe, se espera que al menos un proyecto de gran escala alcance la FID en 2025. Cabe destacar la implantación de tecnologías de inteligencia artificial en energía solar para aumentar los rendimientos.

  1. China se expande en el mercado de electrolizadores

Los fabricantes chinos de electrolizadores están aumentando su presencia global. Se prevé que, para finales de 2025, más de un tercio de los equipos comercializados fuera de Norteamérica y Europa sean de origen chino. Esto se debe a la creciente demanda de hidrógeno verde y a la competitividad de los electrolizadores chinos en términos de costo y capacidad de producción.

  1. Desajuste entre inversiones y contratos de compra

Muchas decisiones de inversión se han tomado sin tener contratos de compra asegurados, lo que aumenta el riesgo de cancelaciones. Sin embargo, se espera que la aceleración de acuerdos de compra en Japón, Corea del Sur y Europa reduzca esta brecha. Actualmente, el volumen de FID sin contratos alcanza los 2,5 millones de toneladas anuales, con EE. UU. representando la mayor parte.

  1. Incremento en inversiones de amoníaco bajo en carbono

Se anticipa un aumento en las inversiones en amoníaco de bajas emisiones, liderado por empresas japonesas. Para 2025, se proyectan acuerdos por valor de 8.000 millones de dólares, superando las cifras de 2024. Además, se destinarán 2.000 millones de dólares a terminales de almacenamiento de amoníaco y 1.000 millones para la construcción de grandes buques de transporte, asegurando el suministro a mercados clave en Asia y Europa.

Antecedentes que apoyan estas tendencias en energía de hidrógeno

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la demanda global de hidrógeno alcanzó los 94 millones de toneladas en 2021, cubierta prácticamente en su totalidad por combustibles fósiles.  Sin embargo, el hidrógeno verde, producido a partir de fuentes renovables, está ganando terreno como una alternativa más limpia.

En España, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico destaca que el hidrógeno es un vector energético que puede almacenar energía para su uso posterior, siendo clave en la descarbonización de sectores como la industria y el transporte pesado.

¡El futuro del hidrógeno y el amoníaco con bajas emisiones de carbono pinta emocionante! ¿Qué opinas de estos desarrollos?

Fuente consultada:   Woodmac

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La compañía Solaris, del Grupo CAF, se ha adjudicado tres contratos de autobuses de hidrógeno en Alemania, República Checa y Francia por más de 30 millones de euros.

En un comunicado, Solaris, con un 44,5% de la cuota de mercado en captación de contratos de autobuses de hidrógeno en Europa durante el pasado año, ha destacado que el operador alemán REVG Kerpen le ha encargado el suministro de un total de 26 autobuses de hidrógeno Solaris Urbino 12.

Serán vehículos equipados con pilas de combustible de hidrógeno de 70 kW, que dispondrán además de baterías Solaris High Power. La empresa ha destacado que sus autobuses con tecnología de hidrógeno ya operan en ciudades como Colonia, Wuppertal, Weimar, Frankfurt, Gross-Zimmern, Aschaffenburg y el área metropolitana de Múnich.

A ellas se sumarán en los próximos meses otras ciudades con contratos recientes que ya están en marcha, como Güstrow, Gross-Gerau, Hamburgo, Gummersbach o Duisburg, que recibirán sus nuevas unidades «próximamente».

Los autobuses de hidrógeno de Solaris

Por otro lado, la empresa checa de transporte privado Martin Uher Bus recibirá diez autobuses de hidrógeno Urbino 12, que circularán en la región de Bohemia Central en los alrededores de Praga, «para finales de 2025».

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Se trata del primer proyecto de autobuses de hidrógeno Solaris en dicha región, siendo vehículos que se alimentarán con hidrógeno producido «a partir de electricidad 100% verde, procedente de la cercana central hidroeléctrica de Vrané nad Vltavou», según las mismas fuentes.

Por otro lado, Solaris sigue creciendo en Francia, en este caso con un proyecto para la ciudad de Belfort, donde entregará ocho autobuses articulados de hidrógeno.

Los vehículos serán adquiridos por la entidad pública SMTC (Le Syndicat Mixte des Transports en Commun du Territoire de Belfort), que agrupa a los operadores de transporte de la zona, siendo el operador final la Régie des Transports du Territoire de Belfort (RTTB), entidad que gestiona la movilidad de dicha región.

Se trata del tercer pedido en los últimos meses de autobuses de hidrógeno Solaris en Francia, tras los contratos para Artois Mobilités e Île-de-France Mobilités.

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Los ingenieros del MIT han descubierto que cuando el aluminio de las latas de refresco se expone en su forma pura y se mezcla con agua de mar, la solución burbujea y produce de forma natural hidrógeno, un gas que puede utilizarse posteriormente para alimentar un motor o una pila de combustible sin generar emisiones de carbono. Es más, esta sencilla reacción puede acelerarse añadiendo un estimulante común: la cafeína.

En un estudio publicado en la revista Cell Reports Physical Science , los investigadores demuestran que pueden producir hidrógeno al dejar caer bolitas de aluminio pretratadas del tamaño de guijarros en un vaso con agua de mar filtrada.

El aluminio se trata previamente con una aleación de metales raros que depura eficazmente el aluminio hasta convertirlo en una forma pura que puede reaccionar con el agua de mar para generar hidrógeno. Los iones de sal del agua de mar pueden, a su vez, atraer y recuperar la aleación, que puede reutilizarse para generar más hidrógeno, en un ciclo sostenible.

El equipo descubrió que esta reacción entre el aluminio y el agua de mar produce hidrógeno gaseoso, aunque de forma lenta. Por pura casualidad, añadieron a la mezcla algunos posos de café y descubrieron, para su sorpresa, que la reacción se aceleraba.

La cafeína, acelera la producción

Al final, el equipo descubrió que una baja concentración de imidazol, un ingrediente activo de la cafeína, es suficiente para acelerar significativamente la reacción, produciendo la misma cantidad de hidrógeno en solo cinco minutos, en comparación con dos horas sin el estimulante añadido.

Los investigadores están desarrollando un pequeño reactor que podría funcionar en un buque o vehículo submarino. El buque albergaría un suministro de pellets de aluminio (reciclados de latas de refresco viejas y otros productos de aluminio), junto con una pequeña cantidad de galio-indio y cafeína. Estos ingredientes podrían canalizarse periódicamente hacia el reactor, junto con parte del agua de mar circundante, para producir hidrógeno según la demanda. El hidrógeno podría entonces alimentar un motor a bordo para impulsar un motor o generar electricidad para propulsar el barco.

“Esto es muy interesante para aplicaciones marítimas como barcos o vehículos submarinos porque no tendríamos que llevar agua de mar, ya que está disponible en todo momento”, afirma el autor principal del estudio, Aly Kombargi, estudiante de doctorado en el Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT. “Tampoco tendríamos que llevar un tanque de hidrógeno. En su lugar, transportaríamos aluminio como ‘combustible’ y simplemente añadiríamos agua para producir el hidrógeno que necesitamos”.

Los coautores del estudio incluyen a Enoch Ellis, estudiante de ingeniería química; Peter Godart, PhD ’21, quien fundó una empresa para reciclar aluminio como fuente de combustible de hidrógeno; y Douglas Hart, profesor de ingeniería mecánica del MIT.

Escudos arriba

El equipo del MIT, dirigido por Hart, está desarrollando métodos eficientes y sostenibles para producir gas hidrógeno, que se considera una fuente de energía “verde” que podría alimentar motores y pilas de combustible sin generar emisiones que calienten el clima.

Una desventaja de alimentar vehículos con hidrógeno es que algunos diseños requerirían que el gas se transportara a bordo como la gasolina tradicional en un tanque, una configuración arriesgada, dado el potencial volátil del hidrógeno. Hart y su equipo han buscado en cambio formas de alimentar vehículos con hidrógeno sin tener que transportar constantemente el gas.

Encontraron una posible solución en el aluminio, un material naturalmente abundante y estable que, cuando entra en contacto con el agua, experimenta una reacción química sencilla que genera hidrógeno y calor.

Sin embargo, la reacción se produce en una especie de círculo vicioso: si bien el aluminio puede generar hidrógeno cuando se mezcla con agua, solo puede hacerlo en estado puro y expuesto. En el momento en que el aluminio entra en contacto con el oxígeno, como en el aire, la superficie forma inmediatamente una fina capa de óxido que impide que se produzcan más reacciones. Esta barrera es la razón por la que el hidrógeno no burbujea inmediatamente cuando se sumerge una lata de refresco en agua.

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La petrolera estatal saudí Aramco adquirirá el 50% de la empresa de gases industriales Blue Hydrogen (BHIG), filial de la compañía saudí Air Products Qudra (APQ) tras firmar los «acuerdos definitivos», informó este martes en un comunicado.

Aramco ha firmado «acuerdos definitivos para adquirir una participación en la Blue Hydrogen Industrial Gases Company (BHIG), con sede en Jubail, una filial propiedad al 100 % de Air Products Qudra (APQ)», explicó la petrolera saudí sobre la operación, que incluirá también opciones de compra de hidrógeno y nitrógeno por parte de Aramco.

Con esta inversión, Aramco espera «contribuir al desarrollo de una red de hidrógeno con menos emisiones de carbono en la provincia oriental del reino de Arabia Saudí», que dará servicio tanto a clientes nacionales como regionales.

La operación para Aramco

Una vez concluida la operación, se espera que Aramco y APQ, una empresa conjunta de Air Products y Qudra Energy, posean cada una de ellas una participación del 50% en BHIG.

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El vicepresidente ejecutivo de Estrategia y Desarrollo Corporativo de Aramco, Ashraf Al Ghazzawi, destacó que «esta inversión pone de relieve la ambición de Aramco de ampliar su cartera de nuevas energías y hacer crecer su negocio de hidrógeno con bajas emisiones de carbono (…) ayudando a sentar las bases de un futuro sistema energético».

El presidente de Air Products Qudra, Samir J. Serhan, añadió que con esta asociación trabajarán para «acelerar la economía del hidrógeno e impulsar la creación de la mayor red de hidrógeno de Oriente Medio, que se espera sirva a las industrias de refino, química y petroquímica».

BHIG, diseñada para producir hidrógeno bajo en carbono a la vez que captura y almacena CO2, tiene previsto iniciar sus operaciones comerciales en coordinación con las actividades de CAC de Aramco.

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