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Ford está empeñada en resucitar sus nombres más icónicos. Al Puma y reconversión del Mustang en un SUV eléctrico (prueba del Mach-e GT), se le añade ahora el Capri. Para los no iniciados, el Capri original podría definirse como el Mustang europeo, es decir, un muscle-car coupé con unos rasgos marcados y un diseño que cautivó a los usuarios del Viejo Continente. Tanto es así que entre 1969 y 1986 se vendieron casi dos millones de Ford Capri. Ahora, con una estrategia completamente enfocada en la electrificación, Ford resucita dicha nomenclatura y la transforma en un modelo completamente diferente.

Sigue siendo coupé

Porque lo primero que has de entender es que este Capri es un SUV, y además, coupé que se basa en la plataforma MEB del Grupo Volkswagen por lo que hablamos igualmente de un modelo completamente eléctrico. De hecho podríamos catalogarlo como la alternativa deportiva del nuevo Ford Explorer ya que ofrece el mismo interior que éste y el mismo conjunto mecánico, pero con una silueta diferenciadora.

La misma en la que se ha buscado mantener viva la historia del modelo original como se percibe en el diseño de las luces diurnas delanteras, evocando la cuadratura de los grupos ópticos originales, la moldura en negro que los conecta como si fuera la parrilla del Capri Mk1 o la forma redondeada de la ventanilla de cortesía del propio pilar C. El resto y por lo visto en las imágenes nos recuerda bastante al Polestar 2. Con todo, las dimensiones del Capri son 4,63 metros de largo, por 1,87 de ancho y 1,62 de alto.

Amplio

De puertas para dentro, como decimos, es idéntico al Explorer con un puesto de conducción que ofrece detalles propios de los ID. de Volkswagen como son los elevalunas, algunos comandos táctiles, el selector del cambio situado en la columna de dirección o el cuadro de instrumentos. El elemento diferenciador es la pantalla dispuesta verticalmente que ofrece la posibilidad de inclinarse en 30º y así guardar objetos bajo la misma, o el altavoz situado bajo la misma.

En lo que a respecta a la habitabilidad, los 2,76 metros de distancia entre ejes prometen brindar un amplísimo espacio para los ocupantes traseros, quienes pese a medir más de 1,85 metros se colocarán sin problemas salvo por el hecho de llevar demasiado flexionadas las rodillas, sino por un maletero con un generoso volumen. Este parte de los 572 litros si se mide hasta la bandeja (de tela y sin ninguna función práctica más allá de la de ocultar el equipaje) o 627 litros medidos hasta el techo.

Al abatir los respaldos posteriores (sin mandos satélite) la capacidad aumenta hasta los 1.510 litros brindando un piso casi plano cuando la bandea inferior se coloca en la parte más alta. Respecto a los cables de carga, estos pueden almacenarse en uno de los laterales, enganchados a través de dos tiras de velcro. Por cierto, no busques el denominado frunk (el maletero delantero) porque es una de las limitaciones de la plataforma MEB.

Gran recorrido eléctrico

En lo que a motores se refiere, el Capri de nueva generación es un modelo completamente eléctrico, como te decíamos, que hereda los propulsores del Ford Explorer. En este sentido hablamos de dos versiones, una de motor trasero con 286 CV y otra de tracción total con 340 CV. En ambos el par máximo es de 545 Nm y la aceleración de 0 a 100 km/h es de 6,4 y 5,4 segundos. La diferencia entre ambos reside en la batería, que son las mismas que emplean los modelos ID de Volkswagen, ya que la capacidad de la versión de acceso es de 77 kWh, mientras que la del más potente es de 79 kWh. Con todo y gracias a una aerodinámica mejorada respecto al Explorer, la autonomía es de hasta 625 km en el de un solo motor. La potencia carga también varía siendo de 135 kW en CC en el básico y de 185 kW en el de tracción total.

De momento no hay precio sobre este Capri pero teniendosi cogemos como referencia el PVP del nuevo Explorer, que en España parte de los 52.000 euros sin campañas ni descuentos del Plan Moves, no es descabellado pensar que el Capri pueda rozar los 57.000 euros.

Galería de imágenes del Ford Capri 2024

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No han pasado ni 24 horas desde que BYD y el Gobierno de Turquía firmaran un contrato de colaboración para la construcción de una nueva fábrica en territorio europeo y ya empezamos a conocer los primeros detalles relacionados, precisamente con la producción. Hay que recordar que la firma china ha sido una de las principales afectadas por la implantación de los aranceles a los vehículos eléctricos del país asiático, contando así con una tasa adicional del 17,4% al 10% ya existente para todas las importaciones.

De ahí que el movimiento estratégico de establecer su segunda factoría al oeste del país, en la región de Manisa, dentro del 3% europeo que tiene el país, sea clave para la marca. No en vano, BYD invertirá casi 1.000 millones de euros en construir esta planta que estará operativa para comienzos de 2026 y que dará trabajo a 5.000 personas.

Siguiendo con los datos representativos, la firma china ha asegurado que la producción anual de coches alcanzará, en su pico de mayor efectividad, las 150.000 unidades. En este caso serían modelos tanto eléctricos como híbridos enchufables que ayudarán, lógicamente a que los excelentes datos logrados en los últimos meses se incrementen considerablemente, ampliando así su ventaja frente a otros fabricantes. Esta fábrica conseguirá, igualmente que el mercado eléctrico de Turquía se incremente, el cual se sitúa actualmente en un 7,5% de todas las matriculaciones.