Corea ha atravesado varios años de inestabilidad energética global y al mismo tiempo ha mantenido firmemente sus objetivos climáticos y energéticos a largo plazo. Una nueva Revisión de la Política Energética de la Agencia Internacional de Energía (AIE) muestra que el país ha fortalecido bases políticas clave y continúa avanzando hacia su objetivo de neutralidad de carbono. El informe destaca que Corea puede avanzar más rápido hacia sus objetivos mejorando la coordinación entre sectores y garantizando planes de implementación claros y viables.
Corea sentó un precedente importante en 2021 cuando se aprobó la Ley de Neutralidad de Carbono, haciendo que su compromiso de alcanzar emisiones netas cero para 2050 sea legalmente vinculante. Fue uno de los primeros miembros de la AIE en convertir en ley un objetivo tan ambicioso. La Ley también incluye un objetivo de reducción de emisiones para 2030 para ayudar a guiar el progreso durante la próxima década. En los últimos años, Corea ha logrado hacer crecer su economía al tiempo que estabiliza y reduce ligeramente las emisiones de gases de efecto invernadero desde que alcanzaron su punto máximo en 2018. Sin embargo, separar completamente las emisiones del crecimiento económico sigue siendo un desafío porque el carbón todavía representa más de una cuarta parte de la generación de electricidad del país.
Se espera que la demanda de electricidad en Corea aumente de manera constante debido a varios factores: la rápida electrificación de los edificios, la industria y el transporte; mayor necesidad de refrigeración; y una fuerte demanda de energía proveniente de la expansión de la fabricación de semiconductores y los centros de datos. Debido a esta perspectiva, el informe de la AIE destaca la importancia de una inversión significativa en generación de energía limpia y con bajas emisiones, una infraestructura de red más sólida y sistemas de mercado eléctrico mejor diseñados. La reforma del mercado mayorista de electricidad podría ayudar a atraer nuevas inversiones y ofrecer señales de precios más necesarias para respaldar la planificación a largo plazo.
En los últimos cinco años, Corea casi ha duplicado la proporción de energía renovable en su combinación eléctrica. A pesar de este progreso, todavía tiene la proporción de energías renovables más baja entre los países miembros de la AIE. El ritmo más lento está relacionado con la tierra limitada disponible, las grandes áreas forestales y la oposición pública a la nueva infraestructura energética. Superar estos obstáculos requerirá una planificación a largo plazo y estrategias nacionales más sólidas para la participación y la comunicación pública. El almacenamiento de energía también será fundamental en la medida que Corea amplíe su capacidad renovable. Los esfuerzos recientes para crear un mercado para los servicios de almacenamiento de energía son prometedores, pero se necesita más desarrollo para garantizar que las inversiones puedan ampliarse e integrarse sin problemas en el sistema eléctrico.
Corea también ha sido uno de los primeros en impulsar la política de hidrógeno, y publicó una de las primeras hojas de ruta del hidrógeno entre los países de la AIE en 2019. La hoja de ruta se centra en el transporte, los edificios y la energía, y el hidrógeno de bajas emisiones sigue siendo una parte central de la estrategia climática a largo plazo de Corea. Sin embargo, el informe de la AIE señala que Corea necesita políticas más claras sobre el papel del hidrógeno en sectores difíciles de descarbonizar, como la industria pesada y el transporte de mercancías. El informe también recomienda que el país establezca reglas bien definidas para la creación y gestión de infraestructura de hidrógeno para respaldar una adopción más amplia.
El Sistema de Comercio de Emisiones de Corea (ETS) sigue siendo una piedra angular de la política climática nacional y cubre aproximadamente el 80% de las emisiones del país. Pero los bajos precios del carbono y la limitada actividad del mercado han reducido su impacto. La AIE sugiere aumentar el número de derechos de emisión subastados, ampliar la participación en el sistema e introducir mecanismos para estabilizar el mercado. Estos cambios podrían ayudar a mejorar la visibilidad de los precios y fortalecer el progreso hacia los objetivos de emisiones.
Según la AIE, Corea está llevando a cabo reformas institucionales significativas que podrían mejorar significativamente la gobernanza energética si se implementan en su totalidad. Se espera que la creación del Ministerio de Clima, Energía y Medio Ambiente (MCEE) fortalezca la coordinación intersectorial y acelere el desarrollo de las energías renovables. Establecer un regulador independiente para los mercados de electricidad, gas natural e hidrógeno también mejoraría la transparencia, garantizaría precios justos y protegería mejor a los consumidores.
Las fortalezas de Corea en la industria avanzada, que van desde semiconductores y fabricación pesada hasta baterías, electrónica de consumo y tecnología nuclear, le brindan una plataforma sólida para liderar la innovación global. Al alinear sus capacidades industriales con sus necesidades de transición energética, Corea tiene la oportunidad de impulsar la competitividad interna, fortalecer el potencial de exportación y promover sus ambiciones climáticas.
Esta alineación crearía un ciclo positivo que respalda el crecimiento sostenible y contribuye a la descarbonización global. La AIE realiza evaluaciones periódicas de las políticas energéticas y climáticas de sus países miembros para proporcionar conocimientos, recomendaciones y mejores prácticas internacionales. El último examen de Corea refleja tanto sus logros como los pasos necesarios para mantenerse en el camino hacia un futuro energético limpio, seguro y competitivo.
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Representational image. Credit: Canva