La República de Guinea tiene un inmenso potencial en la agricultura, con más del 80% de su población que depende de este sector para su sustento. La agricultura contribuye significativamente a la economía de la nación, lo que representa el 31% del PIB en 2022. Sin embargo, a pesar de las condiciones agroecológicas favorables, la productividad sigue siendo baja debido a las malas prácticas agrícolas, la infraestructura limitada y la dependencia de los sistemas alimentados con lluvia. Esto obstaculiza el potencial de Guinea para transformar la agricultura en un impulsor clave del desarrollo económico.
Las soluciones de energía renovable descentralizada (DRE) surgen como una fuerza transformadora para abordar estos desafíos. La integración de las tecnologías DRE puede mejorar la productividad, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar los medios de vida de los pequeños agricultores (SHF), que constituyen la mayor parte de la fuerza laboral agrícola. En 2022, solo el 48% de la población de Guinea tenía acceso a la electricidad, con áreas rurales rezagadas significativamente en solo el 21%. Esta falta de acceso a la energía limita la mecanización y el procesamiento posterior a la cosecha, lo que a menudo resulta en pérdidas de alimentos e ineficiencias económicas.
El estudio realizado por Irena identifica el arroz, el maíz y las verduras como cadenas de valor prioritario para la integración DRE, elegidas por su importancia en las dietas locales y el valor de mercado. Estos cultivos también se alinean con los objetivos estratégicos del gobierno guineano, incluida la seguridad alimentaria y la diversificación económica. El arroz, por ejemplo, sigue siendo el cultivo básico, pero los rendimientos están por debajo de los promedios globales, lo que requiere importaciones sustanciales para satisfacer la demanda. Del mismo modo, el maíz y las verduras, aunque fundamentales, enfrentan restricciones debido a una infraestructura inadecuada y pérdidas posteriores a la cosecha.
La investigación de campo destaca que los SHF y las agroempresas expresan una fuerte disposición a adoptar tecnologías DRE como bombas de agua solares, fresado con energía solar y refrigeración. Las bombas de agua solar, por ejemplo, podrían revolucionar las prácticas de riego, lo que permite el cultivo durante todo el año. Sin embargo, solo el 1% de los agricultores encuestados actualmente tienen acceso a las bombas de agua, predominantemente propotentes diesel. Los altos costos iniciales y la conciencia limitada de las alternativas solares son barreras clave, aunque el 88% de los agricultores expresaron su disposición a adquirir bombas solares si estaban disponibles opciones de financiamiento asequibles.
La refrigeración solar y la molienda también tienen una promesa significativa. Con perecederos como las verduras, las unidades de refrigeración solar podrían reducir las pérdidas posteriores a la cosecha, mientras que la molienda solar podría reemplazar los sistemas basados en diesel en el procesamiento de arroz y maíz. El estudio estima un potencial de mercado de $ 60,4 millones para bombas de agua solar, $ 50,7 millones para unidades de refrigeración solar y $ 13,4 millones para equipos de fresado solar. Ampliar este mercado requeriría subsidios específicos, campañas de concientización y mecanismos financieros.
Las barreras para la adopción de DRE incluyen acceso limitado al financiamiento, altos costos y un marco de política inadecuado. Las disparidades de género agravan aún más los desafíos, ya que las mujeres, que forman una porción significativa de la fuerza laboral agrícola, han restringido el acceso a tierras y recursos. Borrar estas barreras requiere un enfoque múltiple, incluidas las reformas de políticas para fomentar la inversión del sector privado y los programas de inclusión de género para empoderar a las mujeres agricultoras.
Las recomendaciones enfatizan el fomento de las asociaciones público-privadas para desarrollar conjuntamente las soluciones DRE adaptadas a las necesidades de Guinea. Los mecanismos de financiación basados en resultados podrían incentivar la adopción, mientras que las iniciativas de construcción de habilidades mejorarían la capacidad de los agricultores y técnicos. La creación de políticas habilitadas e integración de DRE en estrategias nacionales de electrificación es crucial para impulsar la adopción generalizada.
La transformación del sector agrícola de Guinea depende de aprovechar su potencial de energía renovable para abordar las ineficiencias sistémicas. Las tecnologías DRE no solo prometen una mayor productividad y sostenibilidad, sino que también se alinean con los compromisos de Guinea para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y lograr la neutralidad de carbono en la agricultura para 2050. Con los esfuerzos concertados de las partes interesadamente, la integración de las energías renovables descentralizadas podría desbloquear el potencial agrícola de Guinea, fomentando el crecimiento económico y mejora de los medios de vida en las comunidades rurales.