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Esto no ha hecho más que empezar aunque pudo no haberlo hecho nunca. Nos referimos al ya conocido tema arancelario por parte de la Unión Europea a los coches eléctricos chinos, bien provengan de firmas locales o de europeas que producen allí. Sin embargo, según una fuente presente en la propia votación y recogida por Reuters, la decisión estuvo a punto de no llegar a ser la que conocemos. Y es que de los 28 votos totales, solo 12 dijeron “sí” a la medida, con cuatro negativas y nada menos que 11 abstenciones.

Unos resultados que de repetirse en el mes de noviembre, provocarían que los aranceles pasaran de ser temporales, como están siendo ahora a definitivos durante un periodo de, al menos cinco años. Solo el hecho de que los 15 estados que se abstuvieron o votaron en contra se pusieran finalmente en contra de la medida, esta no llegaría a producirse ya que representarían al 65% de la población  de todo el Viejo Continente.

Sin embargo, el elevado número de abstenciones refleja que muchos estados miembros siguen vacilando, conscientes de que los argumentos de la Comisión sobre el comercio debe realizarse en igualdad de condiciones, pero al mismo tiempo consecuentes a la hora de conocer el riesgo de una guerra comercial con China. Si te estás preguntando en qué vagón se colocó España, hemos de decirte que fue en el favorable a los aranceles, junto con otras potencias como Francia e Italia, mientras que Alemania, Finlandia y Suecia se abstuvieron.

Proteccionismo europeo

Ahora bien, en una señal de compromiso y buscando quizá que algunas regiones puedan cambiar su voto o, al menos mantenerlo en noviembre, la Comisión Europea estaría barajando reducir los aranceles impuestos a los fabricantes europeos que producen coches en China. Una medida que beneficiaría considerablemente a Volkswagen y BMW, como han citado algunas fuentes aunque no se habla nada, de momento, de Renault.

La Comisión medita calificar a ambos grupos como “empresas cooperantes” para así establecer una tasa del 20,8% en lugar del 37,8% que se les ha impuesto actualmente. Sería una medida similar a la adoptada con Tesla que actualmente cuenta con el arancel del 20,8% ya que el Model 3 (prueba) que se vende en el Viejo Continente se produce en Shanghái. Estos impuestos seguirían sumándose al arancel del 10% que está vigente para todas las importaciones.

Y es que ni el CUPRA Tavascan (contacto), fabricando por el Grupo Volkswagen en la factoría de Anhui, ni el nuevo MINI Cooper, entraron dentro de la primera muestra realizada por Bruselas, por lo que se les ha impuesto de manera automática la tasa arancelaria más alta, del 37,8%. Un portavoz de la Comisión Europea ha dejado entrever que se están analizando ciertas solicitudes de algunas empresas que aún no producían coches eléctricos en China durante la investigación y que más adelante haría una evaluación final.

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