La transición hacia el amoníaco como combustible marino, impulsada por la necesidad de descarbonizar el sector, se enfrenta a desafíos ambientales significativos, según un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers en Suecia.

 Los expertos llevaron a cabo un análisis del ciclo de vida de las baterías y tres electrocombustibles, incluido el amoníaco. El estudio puso de manifiesto la eutrofización y acidificación como problemas medioambientales asociados con su uso. Además, se señalaron las emisiones de gas hilarante, un gas de efecto invernadero potente, como otra preocupación medioambiental.

El amoníaco ha sido considerado una alternativa sólida para combustibles marinos sin carbono, como el biometano. La producción de electroamoniaco se ha analizado y  requiere una considerable cantidad de electricidad. Esto representa un desafío clave. A pesar de su mayor densidad energética en comparación con el hidrógeno, el proceso de producción plantea cuestionamientos en términos de eficiencia energética.

 El estudio del amoníaco como combustible

Este estudio, que empleó análisis del ciclo de vida y costos del ciclo de vida, evaluó la viabilidad técnica, el impacto ambiental y la viabilidad económica de varios vectores energéticos renovables para distintos tipos de buques. Aunque el amoníaco y el metanol mostraron costos más bajos entre las alternativas estudiadas, los electrocombustibles verdes, en general, exhibieron un mayor impacto ambiental en términos de toxicidad humana, uso de recursos y consumo de agua en comparación con los combustibles tradicionales.

Estos hallazgos subrayan la necesidad de un enfoque holístico al evaluar las opciones de combustibles marinos, considerando no solo la eficiencia y viabilidad económica sino también el impacto medioambiental integral.

Declaraciones de los responsables

«Aunque el amoníaco no emite carbono, su combustión en los motores no está exenta de emisiones de gases de efecto invernadero», explicó Selma Brynolf, investigadora de Chalmers y coautora del trabajo.

«Las pruebas de motores han mostrado diversos grados de emisiones de gas hilarante, que es un gas de efecto invernadero muy potente, con un impacto sobre el calentamiento global más de 200 veces superior al del dióxido de carbono«, agregó la investigadora.

«El mercado suele guiarse por los costes, y como el electroamoniaco tiene el más bajo, el mercado apunta hacia él. Hoy en día se habla mucho de este combustible en el transporte marítimo», expresó Fayas Malik Kanchiralla del Departamento de Mecánica y Ciencias Marítimas de Chalmers y autor principal del trabajo.

«Pero si nos pasamos al amoníaco, y cuando lo hagamos, será para resolver el problema del uso de combustibles fósiles, y por el momento parece que, en su lugar, acabaremos creando más problemas», agregó el investigador.

«El amoníaco verde es un combustible libre de fósiles y relativamente limpio, probablemente no sea lo bastante verde para el medio ambiente en su conjunto. Es necesario realizar más evaluaciones de riesgo sobre las emisiones de amoníaco, y los compuestos de nitrógeno relacionados, antes de adoptarlo para el transporte marítimo», enfatizó Malik.