La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha publicado su informe “Empleo energético mundial 2024”, que presenta una mirada integral a las tendencias globales del empleo energético, destacando el crecimiento de los empleos en energías limpias a pesar de los desafíos. En 2023, el sector energético agregó alrededor de 2,5 millones de puestos de trabajo, con lo que el total ascendió a más de 67 millones. Esta tasa de crecimiento del 3,8% superó el promedio mundial del 2,2%, impulsada por inversiones récord en energía, impulsadas por una crisis energética global. Los sectores de energía limpia lideraron el camino, representando una parte significativa de los nuevos empleos, y la energía solar fotovoltaica (PV) agregó medio millón de puestos. Sin embargo, los sectores de combustibles fósiles también experimentaron un crecimiento del empleo: el petróleo, el gas y el carbón agregaron alrededor de 940.000 puestos de trabajo, especialmente en regiones como Medio Oriente, donde los combustibles fósiles representaron el 80% de la creación de empleos en el sector energético.
La inversión en energía limpia, que ha alcanzado nuevos máximos, ha sido un motor fundamental: el sector experimentó un aumento del 10 % en 2023, mientras que las inversiones en combustibles fósiles crecieron un 9 %. Este aumento en el empleo de energías limpias se concentró en la energía solar fotovoltaica, los vehículos eléctricos (EV) y las tecnologías de almacenamiento de energía. Estos sectores no solo agregaron empleos sino que contribuiron sustancialmente al crecimiento económico, y la energía limpia ahora representa una gran proporción del crecimiento del PIB en países como China, donde el 90% del crecimiento del empleo en energía provino de sectores limpios. Sin embargo, sigue existiendo una barrera importante en las economías emergentes y en desarrollo, que no han atraído tanta inversión en energía limpia debido a desafíos como déficits de infraestructura, capacidades limitadas y bases fabricantes insuficientes.
El informe destaca el papel de China como líder en empleo en energías limpias, ya que representa el 68% de los empleos en vehículos eléctricos y el 84% de los empleos en energía solar fotovoltaica a nivel mundial. India y América del Norte siguieron en crecimiento del empleo, y los sectores de energía limpia representan alrededor del 10% de los nuevos empleos en varias economías importantes. La transición también significa que se espera que el empleo en energías limpias aumente aún más, impulsado por políticas gubernamentales que apoyan las tecnologías renovables y los objetivos de desarrollo sostenible.
La escasez de habilidades es un desafío creciente, a medida que se hace evidente la necesidad de una fuerza laboral especializada. El informe identifica que la industria de la energía limpia requiere cada vez más habilidades técnicas, como las necesarias para instalar y mantener nuevas tecnologías. La escasez de mano de obra, particularmente para roles como la instalación de energía solar fotovoltaica, ha llevado a las empresas a invertir más en capacitación. Por ejemplo, muchas empresas ofrecen ahora capacitación en el trabajo para abordar las brechas de habilidades, y empresas de Estados Unidos y Europa lideran esta tendencia. Además, el envejecimiento de la fuerza laboral en regiones como Europa ha empeorado la brecha de habilidades, con una edad promedio de los trabajadores de más de 50 años en sectores como la ingeniería eléctrica, lo que exacerba la escasez de mano de obra.
La disparidad de género en la fuerza laboral sigue siendo un desafío, pero el informe señala algunos avances, especialmente en la energía solar fotovoltaica, donde las mujeres representan alrededor del 40% de la fuerza laboral. Sin embargo, en ocupaciones como la ingeniería eléctrica, las mujeres representan menos del 3% de los trabajadores. Se considera que los roles de energía limpia ofrecen una oportunidad para equilibrar la representación de género, especialmente en las economías emergentes que enfrentan desafíos para proporcionar empleo equitativo.
La AIE también proyecta que el crecimiento del empleo en el sector energético se desacelerará ligeramente en 2024 debido a los mercados laborales ajustados, las altas tasas de interés y las tensiones geopolíticas. Se prevé que el cambio hacia la energía limpia creará más empleo del que eliminará en los sectores de combustibles fósiles, particularmente en escenarios que apuntan a emisiones netas cero para 2050. El informe subraya la necesidad de políticas proactivas para gestionar esta transición, incluida la capacitación vocacional para preparar trabajadores para un panorama energético cambiante. La transición de los trabajadores de combustibles fósiles a roles de energía limpia sigue siendo una tarea compleja, ya que alrededor de la mitad de los empleos de combustibles fósiles carecen de un camino sencillo hacia roles de energía limpia, especialmente en las regiones que dependen del carbón. .
La AIE concluye que con una planificación y colaboración adecuada entre gobiernos, empresas e instituciones educativas, la transición a la energía limpia puede generar beneficios socioeconómicos duraderos. Las inversiones en energía limpia no solo han impulsado el crecimiento del empleo, sino que también han ofrecido vías para abordar objetivos más amplios, como el crecimiento salarial, el equilibrio de género y el desarrollo sostenible. El informe enfatiza que la inversión continua en capacitación y políticas centradas en mejorar las habilidades de la fuerza laboral será esencial para garantizar que el cambio global hacia energías más limpias cree oportunidades de empleo inclusivas y sostenibles.