Esta semana, Women in Solar Europe (WiSEu) da voz a María Mura, responsable de Originación del Sur de Europa en Nadara, con sede en España. Ella dice que la presión para sobresalir proviene del mayor nivel de escrutinio que enfrentan las mujeres en el liderazgo. “Las mujeres no sólo son desafiadas por sus pares y superiores, sino también por ellas mismas, instándolas a demostrar que no alcanzaron el éxito por error o por casualidad, sino a través de una competencia innegable y un trabajo duro”, afirma.

Después de haber trabajado en la industria energética durante más de una década, puedo decir con seguridad que las mujeres en el sector de las energías renovables suelen tener más conocimientos que sus homólogos masculinos. Si bien esto puede parecer una afirmación amplia, refleja una realidad más profunda que vale la pena reconocer. No es porque las mujeres sean intrínsecamente superiores, sino porque en una industria donde los hombres ocupan entre el 75% y el 83% de los roles de liderazgo, para ascender al liderazgo las mujeres no pueden simplemente ser “suficientemente buenas”: deben sobresalir, superarse y demostrar constantemente su experiencia. en cada etapa.

Esta presión para sobresalir surge del mayor nivel de escrutinio que enfrentan las mujeres en el liderazgo. No sólo son desafiados por sus compañeros y superiores, sino también por ellos mismos, instándolos a demostrar que no alcanzaron el éxito por error o por casualidad, sino a través de una competencia innegable y un trabajo duro. Esta autoevaluación constante crea una carga adicional de estrés que los hombres a menudo no experimentan en el mismo grado.

Una cuestión que me llama la atención es la tendencia de las mujeres a atribuir su éxito a factores externos en lugar de reconocer sus propios logros. Esto es fundamental porque, si nosotras, como mujeres, no creemos que merecemos nuestro éxito o no entendemos cómo lo logramos, ¿cómo podemos esperar ser promovidas o avanzar más?

Las mujeres suelen dudar a la hora de negociar por sí mismas en el lugar de trabajo. No presionamos para obtener salarios más altos, ascensos ni resaltamos nuestros méritos como lo hacen los hombres. La progresión profesional a menudo depende de asumir riesgos y defenderse a uno mismo, rasgos que la sociedad tiende a desalentar en las mujeres. Esta renuencia a defenderse por sí misma puede explicar por qué, si bien muchas mujeres ingresan a la industria de las energías renovables en el nivel inicial, los hombres dominan abrumadoramente las posiciones de liderazgo.

Luego, está la cuestión de la “simpatía”, un fenómeno bien documentado en el que el éxito y la simpatía están correlacionados positivamente para los hombres pero negativamente para las mujeres. Cuando las mujeres logran el éxito, a menudo se las considera menos simpáticas y este prejuicio proviene tanto de hombres como de mujeres. Es un doble vínculo que dificulta que las mujeres tengan éxito y sean bien consideradas.

Necesitamos confrontar estos estereotipos y reconocer cuán profundamente arraigados influyen en los prejuicios en nuestra percepción del liderazgo y el éxito. Es hora de animar a las mujeres que quieren asumir roles de liderazgo, buscar desafíos y emprender sus carreras con confianza. La industria de las energías renovables (y el sector solar, en particular) necesita voces y perspectivas diversas para impulsar la innovación y abordar los apremiantes desafíos globales que enfrentamos. Alentar a las mujeres a participar plenamente y prosperar en este espacio no es sólo una cuestión de equidad; es esencial para el progreso.

Para las mujeres jóvenes que ingresan hoy en la industria de las energías renovables, mi consejo es simple: hablen. No dejes que el deseo de agradar te detenga. Siéntete a la mesa, mantén la mano en alto y haz las preguntas difíciles. Solicita promociones y oportunidades. No asuma que un buen desempeño conducirá naturalmente a reconocimiento y recompensas. En un mundo ideal, el trabajo duro debería ser suficiente, pero cuando no lo es, defenderse a sí mismo es crucial.

Las mujeres en el sector de las energías renovables —y en todas las industrias— necesitan cambiar su forma de pensar de la duda a la autodefensa. Es hora de creer en nuestro valor, reconocer nuestros logros y desempeñar los roles que merecemos. El futuro de la energía renovable es brillante y las mujeres estarán a la vanguardia para darle forma, si nos empoderamos a nosotros mismos ya los demás para tener éxito.

María es una líder experimentada en la industria energética con más de una década de experiencia, especializada en los mercados energéticos europeos. Doblemente graduada de la Universidad Bocconi, su carrera incluye roles clave en Magnus Commodities, Nexus Energía y Renantis SpA, donde impulsó iniciativas de energía renovable y acuerdos de compra de energía (PPA). Actualmente, como Responsable de Originación del Sur de Europa en Nadara, María lidera la estrategia para ampliar la cartera de energía renovable de la empresa al tiempo que impulsa soluciones de energía sostenible.

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